ASÍ SE CUIDAN LOS PORCELANATOS
Los porcelanatos son sumamente fáciles de mantener y cuidar, porque son materiales resistentes al tráfico pesado, a las manchas, a los golpes, al agua, etc. por lo que sólo basta evitar agresiones innecesarias para que permanezcan impecables. El polvo y suciedad suelta debes eliminarla con escoba o aspiradora y finaliza pasando un trapo seco idealmente de microfibra para que se adhieran a él las partículas que pudieron quedar sobre el piso.
Para manchas y derrames utiliza un paño suave y húmedo y, de ser necesario, agrega un poco de detergente suave para las manchas persistentes. Puedes considerar el uso de protectores a las patas de los muebles si tienen demasiado movimiento, a pesar que la dureza del porcelanato es segura para la mayoría de las agresiones y golpes, siempre será mejor evitarlos. No hay cuidado con el agua, ya que no causa ningún daño al porcelanato, pero es importante asegurarse de que las juntas estén bien selladas con fragüe para prevenir la infiltración de agua debajo de las palmetas.
Si se produce un daño en una palmeta de porcelanato, lo ideal es reemplazarla, o de ser posible, disimular el daño con el fragüe.
Por ningún motivo utilices ningún tipo de ácidos ni cloro en la superficie de tus porcelanatos, porque podrían dañar el esmalte y generar un cambio en su aspecto que sería irremediable. Si te enfrentas a una mancha muy difícil, prueba escobillando con un jabón neutro, o utiliza vapor para eliminarla ¡Así garantizas la belleza de tus porcelanatos por muchísimos años! VEN A AMBIENTO
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